En su más reciente libro traducido al español, Con la esperanza entre los dientes, John Berger suelta reflexiones de toda índole, sobre todo políticas y sociales.
En una era que, pese a la magnitud de los eventos que suceden a cada instante en el mundo, reina el desconcierto y la parálisis social -las manifestaciones de estos días en la Puerta del Sol comienzan a demostrar, poco a poco, un cambio en la actitud general, pero es todavía incipiente-, en una época donde -no nos engañemos- globalización, más que un término cool, no es otra cosa que un eufemismo para no decir capitalismo (ahora en su momento más brutal, tal vez), las palabras de Berger resultan pertinentes y necesarias:
sobre emigrar
"Todos los días, la gente sigue señales que apuntan a algún sitio que no es su hogar, sino un destino al que decidió ir. Señales de carreteras, señales de embarque en algún aeropuerto, avisos en las terminales. Algunos hacen sus viajes por placer, otros por negocios, muchos motivados por la pérdida o la desesperación. Al llegar, terminan por darse cuenta de que no están en el sitio indicado por las señales que siguieron. Donde se hallan tienen la latitud, la longitud, el tiempo local y la moneda correctos, y no obstante no tienen la gravedad específica del destino que escogieron."
"Algunos cuantos de estos viajeros emprenden un viaje privado, hallan el lugar que anhelaban alcanzar, que a veces es más rudo de lo que imaginaban, y lo descubren con alivio sin límites. Muchos nunca lo logran. Aceptan los signos que siguieron y es como si no viajaran, como si se quedaran siempre donde ya estaban."
sobre un (no)lugar en el mundo
"De los miles de millones de conversaciones por telefonía móvil que ocurren cada hora en el centro y el extrarradio de las ciudades del mundo, la mayoría, sean privadas o de negocios, comienzan con una declaración del paradero o ubicación aproximada de
quien llama. La gente necesita de inmediato identificar con precisión dónde se encuentra. Es como si los persiguiera la duda de que tal vez no estén en ninguna parte. Envueltos en tantas abstracciones, tienen que inventar y compartir su localización transitoria."
sobre el hombre moderno
"El consumidor es esencialmente alguien que se siente perdido (o a quien se le hace sentir perdido) a menos que consuma. Las marcas y logotipos de las mercancías son el sitio que nombra esa ninguna parte."
sobre unos y ceros
"Tiempo digital. Continúa por siempre, ininterrumpido durante días y noches, las estaciones, el nacimiento y la muerte. Tan indiferente como el dinero. Aunque, siendo continuo, es brutalmente singular. Es el tiempo del presente guardado aparte del pasado y el futuro. En su interior sólo el presente tiene carga, los otros dos carecen de gravedad. El tiempo ya no es una matriz sino una única columna de unos y ceros."
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